sábado, abril 13, 2013

'La justicia es un cachondeo' (Ex alcalde de Jerez dixit)

                                                           No lo es, pero lo parece.
  
  
  Y si no, por qué determinadas sentencias de los tribunales sólo alegran a los que absuelven o a determinadas personas y sus amigos y a nadie más?

  Tenemos el caso de Cataluña y su inversión lingüística.
  
  Toda la vida de Dios en esa zona de España, con lengua propia, sus habitantes han sido perfectamente bilingües sin que nadie, ni autoridades de la nación ni jueces, hayan intervenido para nada.
  
  Bueno, estaba aquello de cuando escuchabas catalán que alguno dijera 'habla en cristiano'.

  ¿Por qué demonios ahora tienen problemas y están de los nervios desde los niños en la escuela hasta sus señorías en el Congreso?
  
  Para que no se me malinterprete, yo no soy catalán, nací en Córdoba de España y sólo he pasado un año en Barcelona estudiando sin problemas lingüísticos algunos.
  
  Todo ha venido porque un señor argentino se propuso que a su hijo le enseñaran en castellano.

  Leo de un artículo en El País de Ivanna Vallespín y Ania Elorza desde Basrcelona: 
  
  "El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dice - aplicando la doctrina del Supremo - cómo hay que satisfacer las demandas de las familias que reclaman más horas de castellano si un alumno lo pide, habrá que dárselas a él y a toda su clase, aunque el resto de padres quieran la inmersión en catalán.
  
  No me extraña que desde la Generalitat, además de recurrir la sentencia, hayan dicho:

  "Defenderemos el modelo de cohesión que durante más de 30 años ha hecho que la lengua no sea tema de conflicto en Cataluña, aunque lamentablemente lo es fuera de Cataluña".
  
  Y a partir de todo esto, el conflicto está servido.
  
  Que si Wert dice que hay que obedecer a la ley por encima de todo, y sin discusión alguna. Como si eso fuera fácil.
  
  Que si para el catedrático de Derecho Constitucional, Alberto López, esta es 'una solución sin viabilidad práctica' ya que "no se puede negar a nadie el derecho a aprender en catalán si un alumno quiere las clases en castellano".
  
  Y añade hacia el final de su artículo:
  
  "Esta es una situación de difícil salida que da lugar a soluciones peregrinas".
  
  Y tan pergrinas: ¿cómo se va admitir que un sólo niño imponga la ley a todos sus compañeros de clase?
  
  Yo pienso que este es un conflicto bastante artificial, más por ideología que por otra cosa.
  
  Más conflicto entre adultos que entre niños.
  

  Seguro que a ese niño le importa un pito si le dan la clase en catalán o en castellano. Con lo listos que son los niños para aprender idiomas.

   Si ya hay colegios donde dan las asignaturas en inglés, y a todos les parece divino, y que es lo que hay que hacer.
  
  Yo es que soy muy simple.
  
  Pienso como los irlandeses: si algo funciona razonablemente bien - y que en Cataluña ha venido funcionando bien es prueba el bilingüismo de su población - no cambies nada.
  
  Que el catalán no es el euskera, difícil de comprender por no ser idioma derivado del Latín.
  
  Y que este señor argentino, con todos mis respetos, si no quería problemas, y siendo España tan grande, podría haber escogido otra región donde sólo se hablara castellano.
  
  Se podría haber venido a Andalucía, por ejemplo.
  
  Aquí hablamos, además de castellano, andalú, pero se entiende casi todo a poco que uno se esfuerce.
  
  
  
  
  

1 comentario:

Riselo dijo...

Perecería razonable que se quejara una persona inmigrante pakistaní en Cataluña, que tiene que aprender dos idiomas: castellano y catalán, idiomas tan ajenos al suyo.
Pero que lo haga un argentino...